Amada Antonieta,
Acompañarte ha sido uno de esos regalos que Dios me dio para mostrarme de lo que se trata el amor, si Él/ella me ama una tercera parte de lo que te amo yo a ti, entonces estoy siendo muy amada.
Cumples 9 años, me preguntas porque no estás en segundo de primaria como todas las niñas de tu edad, y aunque tengo muchas posibles respuestas a eso, debo confesarte que la que más me gusta es que no hay edades para nada en la vida y que eso jamás te definirá de ninguna manera. Estas donde debes estar.
Quiero agradecerte la agudeza de tus sentidos, te han permitido ser asertiva y empática conmigo, seguramente con otros también; me he sentido comprendida, apoyada y validada por ti en esos momentos donde siento que todo se pone difícil. Gracias por tus palabras dulces, tus besos suaves, tu mirada profunda, tus piernas entrelazadas cada mañana y tu presencia indiscutible.
Eres una niña creativa, artista, llena de ideas y nacimientos. El Eros con su fuerza y creación te atraviesa y emerge en ti cada segundo. Que fortuna, recuerda siempre que eso ya lo eres, lo tienes, es a través de ti y esta entre muchas cosas para nutrirte de placer y dicha. El verdadero sentido de esta vida.
Mi negra, atraviesa la vida, las tristezas, frustraciones e iras, así como lo has hecho tantas veces con el miedo; todas tienen su propósito, no huyas, atraviesa, eres valiente. Recuerda que la alegría es un estado que aprendemos a habitar, en él no se evade, emerge siempre un sentimiento de confianza a pesar del frío, al parecer puedes hacer un verano en el corazón que haga que aguantes todos los inviernos.
MI negra, vive, con presencia y jamás te canses de crear, sé lo que quieras ser, no te estanques con etiquetas que otros te ponemos, ábrete siempre a la posibilidad de ser cada día lo que quieras y ama; a los demás, a ti misma, al que no conoces, al que en tu juicio se ha equivocado contigo; expándete en ese amor que es libre y que es lo único verdadero.
Mi osa, que orgullo ser tu mamá y tener la dicha de verte crecer; crece siempre, no solo en estatura, crece sobretodo en espíritu, ese es el verdadero propósito, ahí encontrarás las respuestas que nadie más te podrá dar, recordarás quien eres realmente y encontrarás el camino a la libertad.
De un espíritu grande depende que las tristezas no caigan en sufrimiento, que la rabia no se vuelva una ira incontrolada, que la alegría no sea esquiva, que lo que hoy vivimos como encierro para no enfermar, no sea más que la oportunidad de compartir la dicha de estar juntos, vivos e inventando juegos, roles, historias y diferentes maneras de habitarnos; tal como lo hemos hecho los últimos 50 días.
Gracias por cada realidad que creas, que nos lleva a tantos lugares y sobretodo por cada beso y abrazo que me has dado.
Te ama ,
Mamá
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