La exploración sexual de un par de adolescentes no puede condenar a uno de ellos como potencial abusador.
En la actualidad debo confesar que este movimiento del #METOO sin contexto, educación y acompañamiento puede ser muy peligroso para los hombres. Observo que algunas mujeres de las nuevas generaciones a veces eluden su responsabilidad y confunden junto con los adultos lo que es una exploración versus una intención de abuso.
Mujeres que aceptan ciertas situaciones, propias de esa exploración y más tarde afirman haberse sentido incómodas, o incluso presionadas. Si bien esto puede ser cierto en muchos casos, la realidad es que los hombres están quedando en una posición muy vulnerable. Preguntar ya no parece suficiente, ya que si después la mujer manifiesta haber sentido presión, el hombre corre el riesgo de ser percibido como un abusador en potencia.
En la adolescencia, es común no estar completamente seguros ante un contacto de índole sexual. Por eso, es importante hablar desde casa sobre el deseo, el placer, y la responsabilidad sexual y afectiva. Una mujer a la que no se le habla de estos temas puede acceder a contactos no deseados simplemente por no saber decir que no, por no reconocer su propio deseo o la falta de él, o por desconocer que su sexualidad va mucho más allá del coito o el "manoseo".
Es tan importante insistir en la necesidad del consenso explícito para los hombres, como lo es para las mujeres asumir su responsabilidad en cada encuentro. Deben tener una claridad interior, un autoconocimiento profundo, y estar conscientes de su papel al acceder, incluso si no están 100% seguras. El conocimiento y la responsabilidad van de la mano para ambos géneros en la construcción de relaciones sanas y respetuosas.
Debemos cuidar tanto la vulnerabilidad de las mujeres como la de los hombres. Como adultos, padres y educadores, somos responsables de formarlos para que sus elecciones estén fundamentadas en la consciencia, la determinación y la responsabilidad. Es nuestra labor proporcionarles las herramientas necesarias para que, en su vida afectiva y sexual, tomen decisiones informadas y respetuosas hacia ellos mismos y hacia los demás.
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