"Mi esfuerzo se ha manifestado en:
Quitar expectativas de lo que considero es “el cómo” hacer las cosas.
No subestimar las capacidades de ningún hombre.
Prestar atención en qué se nos facilita a cada uno.
Reconocer que a pesar de que a mí me quedan más fácil algunas “tareas”, no significa que me tenga que hacer cargo de ellas.
Darme cuenta de que hay unas “tareas” para las que efectivamente mi cuerpo y sensibilidad están más dispuestos, naturalmente. Aceptarlo sin recriminación.
Recordar que siempre puedo elegir.
Ese camino ha sido largo, llevamos casi 14 años criando hijos y aún nos encontramos en situaciones que nos replanteamos una y otra vez hasta encontrarnos. Confiar ha sido fundamental, en nosotros y en los niños.
Con los niños he sido muy enfática en dos cosas:
Un no, es un no; un no sé, es un no; un silencio, es un no y solo un sí, es un sí.
Todo lo que quieran ser, lo pueden ser; la libertad es elegir qué ser/hacer, no es ser/hacer todo. Y la libertad viene con la responsabilidad de la mano."
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